Kamikaze Helmets ha desafiado las normas del rock con su innovador estilo musical y su álbum debut. En esta reseña, exploramos los aspectos más destacados de su lanzamiento y cómo han logrado capturar la esencia del rock sin el uso de guitarras tradicionales.
Kamikaze Helmets es una banda de rock atípica. En lugar de utilizar guitarras eléctricas convencionales, han optado por una configuración de teclados. El sonido de la guitarra se logra a través de un Whammy Clavinet modificado, cargado de efectos como fuzz, overdrive y octavator. Los bajos son ejecutados mediante un sintetizador.
Esta formación minimalista está compuesta por solo dos miembros:
– Kike Parra: Cantante y baterista.
– Gabri Casanova: Tecladista.
A pesar de la limitada cantidad de integrantes, la química y el entendimiento entre Parra y Casanova permiten que la banda consiga un sonido completo y robusto.
Cada miembro de Kamikaze Helmets grabó sus partes de manera independiente, empleando estudios distintos. Kike Parra trabajó en los ya desaparecidos Funkameba studios, con la supervisión del experto Santi Martín. Gabri Casanova, por su parte, completó sus grabaciones en su propio estudio. Este enfoque contribuyó a darle al álbum una textura cálida y analógica.
La música de Kamikaze Helmets evoca la era dorada del rock, comparable a bandas como Wolfmother y Greta Van Fleet. Su repertorio incluye canciones con matices funk como «Tokkottai«, «Brother» y «Me & Myself«.
Su estilo está profundamente influenciado por iconos del rock como Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath y los primeros trabajos de AC/DC. Además, han rendido tributo a Little Richard reinterpretando su clásico «Tutti Frutti» de una manera única y personal.
En definitiva, Kamikaze Helmets es una bocanada de aire fresco en el panorama del rock contemporáneo, y su álbum debut promete marcar un antes y un después en la música rock de la escena nacional.