La quinta edición del Festival Sonórica de Castro Urdiales, ha marcado un antes y un después en la escena musical del norte de España. No sólo han superado las expectativas, sino que se consagran como uno de los festivales clave del verano en Cantabria. Más de 25.000 personas, entradas agotadas y un público lleno de buena vibra con ganas de pasarlo bien, convirtieron Castro Urdiales en el epicentro de la música y diversión de la región.
La primera jornada, 18 de julio, reunió a ,más de 12.000 persona. El festival lo abrió No Quiero en el Escenario Sirenas by Repsol, seguido de Merino y Alba Morena. Uno de los platos fuertes fue el concierto de Viva Suecia, que además cantaron junto a Fito de Siloé su nuevo single «Sangre». Después, actuó TIMØ, el gran Mikel Izal, Chicle, Siloé y cerrando la jornada Hoonine, que hizo doblete, ya que también actuó en el concierto de Viva Suecia.
La jornada del sábado, con todo vendido desde días antes, superó cualquier previsión. Desde primera hora del día, se respiraba ambiente festivalero y la Matinal by Caja Rural de Asturias convirtió la Plaza del Ayuntamiento en un aperitivo ideal antes del plato fuerte en el Estadio Riomar. Paula Vázquez inauguró el Escenario Sirenas by Repsol con una actuación íntima; Carlos Ares mostró, una vez más por qué es la gran revelación de la música española en el Escenario Sonórica; y la fiesta continuó con Marlena, Yarea, Coolnenas y un King África desatado que hizo bailar a todos con sus éxito de siempre.
Uno de los momentos más emotivos llegó al anochecer con Rulo y la Contrabanda. Jugar en casa y celebrar 15 años sobre los escenarios se tradujo en pura emoción y un público entregado de principio a fin. El clímax llegó con Dani Fernández presentando “La Jauría” derrochando energía y profesionalidad, y, como broche de oro, Love of Lesbian llenó el cielo de himnos coreados y un ambiente de comunión absoluta entre banda y público.
Sonórica se despide prometiendo regresar en 2026. Porque si algo ha quedado claro, es que Castro Urdiales no solo suena… ¡late!